miércoles, 9 de febrero de 2011

La revolución egipcia



Álvaro Sáncez Leiro, 4º ESO 


Egipto vive estos días uno de los períodos más convulsos de su historia moderna. Miles de personas se congregan en las calles de la capital, El Cairo, contra el régimen del presidente Hosni Mubarak, que lleva treinta años en el poder. El movimiento contra las dictaduras que se produce en algunos de los países islámicos tiene su origen en las revueltas ocurridas en Túnez a mediados del mes de enero contra el presidente Ben-Alí. Desde entonces, el conflicto se ha agravado en Egipto.  

Mubarak impuso un toque de queda que obliga a los ciudadanos a no salir de casa por la noche, pero miles de personas lo desoyen y se agolpan en las calles bajo la atenta mirada del ejército, que unas veces es hostil hacia la población y otras, ignora las órdenes del Gobierno. El miércoles de la semana pasada fue un día importante, ya que un millón de egipcios se congregaron en la plaza de la Liberación contra el régimen.

Los turistas que disfrutaban de sus vacaciones tuvieron que abandonar el país o permanecer en los hoteles por miedo a los disturbios. Algunos de los monumentos egipcios, como las pirámides de Ghiza, están protegidos por el Gobierno, pero el Museo Nacional fue saqueado. Los ladrones se apoderaron de numerosos objetos de incalculable valor y profanaron momias. Los periodistas, que están recluidos en un hotel situado a las afueras de la ciudad, desconocen qué pasa en las calles y los medios de comunicación islámicos, como Al-Jazeera, intentan mostrar al mundo imágenes en directo de El Cairo.

La comunidad internacional, en especial Estados Unidos, se posicionó en contra del régimen de Mubarak. El Ejecutivo presidido por Barack Obama instó al dirigente egipcio a abandonar su puesto y a facilitar la formación de un Gobierno provisional dirigido por su vicepresidente. Mubarak, sin embargo, sólo accedió a no volverse a presentar a las elecciones, que serán en septiembre, y a diseñar un nuevo Ejecutivo. La Unión Europea aún no se ha pronunciado sobre la revolución, pero el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, aseguró que Mubarak es “un hombre muy inteligente”.